Programa de Interioridad: el Camino hacia uno mismo, hacia los demás y hacia la trascendencia
Hara es una palabra de origen japonés que se refiere al centro de gravedad física, psicológica y espiritual de la persona, es decir, lo más interior que tenemos, aquello que nos hacer ser quienes somos, lo más profundo de nuestra identidad.
El proyecto Hara educa en uno de los paradigmas educativos del momento: la interioridad desde distintas dimensiones. Se trabajaba en sesiones, tras las que se comparte cada experiencia que se ha generado en nuestro interior como parte fundamental de las mismas.
Trabajo Corporal
Abarca distintas técnicas corporales que nos permiten tomar conciencia de lo más íntimo de nosotros mismos, nos posibilita vivir con más serenidad y profundidad el “aquí y ahora”, nos concede la oportunidad de comunicarnos con mayor calidez y calidad con cuantos nos rodean y nos facilita el encuentro con el yo profundo.
Integración Emocional
A través de las actividades y dinámicas, de la reflexión personal, del diálogo y del acompañamiento individualizado, se ofrecen herramientas que favorecen el autoconocimiento, pero también el descubrimiento de la individualidad del otro.
Apertura A La Trascendencia
Partiendo de la experiencia interior generada a través de dinámicas, experiencias de silencio, admiración estética, cultivo de la actitud de agradecimiento, curiosidad, misterio, ejercicios sencillos de iniciación a la meditación… se intenta conducir a los alumnos hacia la apertura a la trascendencia. Trascendencia con minúscula, pero también con mayúsculas, la experiencia del Absoluto.
Estas dimensiones no se trabajan de forma aislada sino de forma conjunta. Las técnicas y herramientas que se proponen en el proyecto nos posibilitan la forma de intervenir de manera global, de manera que cada dimensión se vea enriquecida por las otras. Las herramientas más habituales son:
Respiración: saber respirar bien nos ayuda a hacer más profundo nuestro silencio. Aprender a acompasar movimiento y respiración nos armoniza.
Relajación: ayuda a la introspección y al inicio de la meditación.
Música: la música se convierte en la base o en el ambiente preciso para muchas actividades.
Expresión artística: se trata de trabajar diferentes vías de expresión cuando la palabra no basta.
Trabajo de la voz: descubrir las posibles modulaciones de la voz es un potente ejercicio para ponernos en contacto con nuestra “música interior”.
Juegos: son los medios adecuados para crear el ambiente necesario.
Dinámicas: experiencias que evocan distintas realidades.
Visualizaciones: técnica psicológica para alcanzar una condición emocional deseada a través de imaginar algo concreto. Unida a la relajación se convierte en un camino de meditación que puede ir abriendo al sentido de la oración meditativa.
El proyecto Hara se trabaja con los alumnos, con las familias y con los educadores.